lunes, 4 de julio de 2011

Estudio sobre la varicela

La varicela es un montón de granitos.
Si te rascás te sale sangre
Como a un perro con una oreja rota.

Sí! Te quedan granitos.
Se rascan así,
con la yema de los dedos.
Con la manito
despacito.

Lo bueno:
te dan todo en la cama
y eso.

Cuando yo tuve varicela
mi niñera, que se llama ana,
me daba el desayuno en la cama.

El primer día que me levanté
no tenía tantos granitos,
pero el segundo día
me vi al espejo
y parecía ¡una loca!
Tantos granitos que no podía
verme la cara.

¡De qué te reís vos!
¡Todavía no tuviste varicela!

Tenía granos como un choclo.

El primer dia tenía sólo un grano.
Fui a la doctora.
Mi mamá y la doctora
pensaban que yo tenía varicela.
Al otro día me levanté
y tenía muchos granos.
Me rascaba, me rascaba.
Mi mamá me decía
todo el día:
¡no te rasqués! ¡no te rasqués!

Yo era muy chiquita cuando tuve varicela
y no me acuerdo nada de nada.

La varicela no nos gusta
parece que tenés el cuerpo lleno
de hormiguitas que te pican.
No podés invitar a tus amigas a jugar.
Pero hay una buena:
Podés visitar a tus abuelos favoritos
y te quedás en tu casa
como si fuera un fin de semana
de quince días.

Tomás, Joaquín, Malena, Dana, Micaela y las Lolas.
Chicas y chicos de 1 a 3 año

de primaria,
con las caritas, casi todas, llenas de marcas rojas.

1 comentario:

Martha Alicia Lombardelli dijo...

¡Qué lido esta crea ción sobre las vivencias de la varicela!