Tres sueños de Ana María Shua:
En la
oscuridad confundo un montón de
ropa sobre una silla con un animal informe que se apresta a devorarme. Cuando
prendo la luz, me tranquilizo, pero ya estoy desvelada. Lamentablemente, ni
siquiera puedo leer. Con la camisa celeste clavándome los dientes en el cuello
me resulta imposible concentrarme.
Froto con entusiasmo el velador. El genio aparece
enseguida, pero se lo nota cansado. Puedo convertir en realidad cualquiera de
tus sueños, me anuncia, utilizando la fórmula ritual.
Qué tranquila dormiría si pudiera pedirle lo
contrario.
Pelando zanahorias me
corto un dedo. De la herida brotan gotas de alquitrán que manchan el parquet.
Tratando de limpiarlo, hago un agujero en el piso. En el departamento de abajo
hay una reunión de cátedra. Entre los profesores estoy yo. Al levantar la vista
me descubro espiando. Esto te pasa por pelar zanahorias, me digo, muy enojada.
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