Algo viejo
algo tibio
algo que te hace reír
algo que te hace llorar
algo que brilla como el oro:
la memoria
En la escuela de Aparicio, con los chicos de 10/11 años, leímos
Guillermo Jorge Manuel José de Mem Fox, editorial Ekaré
y nos dieron ganas de hablar de nuestros abuelos.
algo tibio
algo que te hace reír
algo que te hace llorar
algo que brilla como el oro:
la memoria
En la escuela de Aparicio, con los chicos de 10/11 años, leímos
Guillermo Jorge Manuel José de Mem Fox, editorial Ekaré
y nos dieron ganas de hablar de nuestros abuelos.
El abuelo Pichi
Se llama Abel Alfredo Campos.
Voy todos los días a la casa. Vive en el barrio de Aparicio.
Una vez, en el arroyo, veníamos en su camioneta toda destartalada y nos caímos en un pozo.
El abuelo se enojó con nosotros porque no le avisamos.
Después se fue a bajar de la camioneta y se le trancó la puerta. Tuvimos que pegar con una pala a la puerta.
Ese día no pescamos nada en el arroyo, pero el abuelo dice que lo pasó bien porque nos contó cuentos, tomamos mate y comimos masitas.
Tiago Campos
Mi abuelo José
Mi abuelo José ya no está, pero me acuerdo de él.
Me acuerdo cuando corríamos a las gallinas y una vez que cazamos una paloma; la desplumamos y la queríamos comer.
También me acuerdo cuando practicábamos puntería a la botella, con la gomera y cuando jugábamos al tejo en el patio de la casa de él.
Federico Matteucci
Mi tío y yo
Se llama Abel Alfredo Campos.
Voy todos los días a la casa. Vive en el barrio de Aparicio.
Una vez, en el arroyo, veníamos en su camioneta toda destartalada y nos caímos en un pozo.
El abuelo se enojó con nosotros porque no le avisamos.
Después se fue a bajar de la camioneta y se le trancó la puerta. Tuvimos que pegar con una pala a la puerta.
Ese día no pescamos nada en el arroyo, pero el abuelo dice que lo pasó bien porque nos contó cuentos, tomamos mate y comimos masitas.
Tiago Campos
Mi abuelo José
Mi abuelo José ya no está, pero me acuerdo de él.
Me acuerdo cuando corríamos a las gallinas y una vez que cazamos una paloma; la desplumamos y la queríamos comer.
También me acuerdo cuando practicábamos puntería a la botella, con la gomera y cuando jugábamos al tejo en el patio de la casa de él.
Federico Matteucci
Mi tío y yo
Se llamaba Alfredo.
Con él, los fines de semana, me iba al campo.
Después de comer un asado, salíamos a cazar peludos.
El tío me enseñaba cómo atraparlos cuando están en la cueva, para no lastimarlos.
Los sacábamos echándoles agua y luego los poníamos en una jaula para cuidarlos y alimentarlos con trigo y leche.
Nos divertíamos mucho.
Hoy lo extraño porque ya no está, pero me dejó un recuerdo muy lindo.
Luciano Altamirano
Abuelo Raúl
Raúl es mi abuelo.
En las vacaciones de verano fui a visitarlo al campo.
Le ayudé a esquilar ovejas, con mi primo y mi tío.
Y en las vacaciones de invierno, le ayudé a armar un corral para encerrar a los caballos.
No los podíamos encerrar y por allá, se metieron en el corral el petiso, la estrella, el tobado y el lobuno.
El petiso se salía del corral por debajo del alambre, entonces agarré al lobuno y me fui a encerrar las ovejas.
Damián Laplaza
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