-¿Y si los humanos (y humanas) fuéramos piojos en la
cabeza de alguien, en la cabeza de un ser gigante? - preguntó Emilia y en el
acto recordé un poema de Wislawa Szymborska en el que nos imaginaba parte de un
experimento de vaya a saber quién.
Llevé a Wislawa al taller -la bella edición azul de
Fondo de Cultura- y pasaron cosas maravillosas.
El poema de W.S.
Quizá
todo esto
Quizá todo esto
esté sucediendo en un
laboratorio.
Bajo una lámpara de día
y millones de lámparas
de noche.
Quizá seamos una
generación de prueba
vertidos de un recipiente
a otro
agitados en las
retortas,
observados por algo más
que un ojo,
cada uno por separado
cogidos al final con
pinzas.
Quizá de otro modo:
sin intervenciones.
Los cambios suceden por
si mismos
conforme al plan.
La aguja gráfica dibuja
lentamente
los zigzags previstos.
Quizá hasta ahora no
haya en nosotros nada interesante.
Los monitores de control
pocas veces se conectan.
Solo si hay una guerra,
y de las grandes.
Algunos vuelos más allá
del terrón de la Tierra.
O grandes migraciones
del punto A al punto B.
Quizá al revés:
Solo les agraden los
episodios.
He aquí una chiquilla en
una gran pantalla
cosiéndose un botón a la
manga.
Los sensores silban,
el personal acude.
¡Ay qué personaje es
éste
con su pequeño corazón
latiendo dentro!
¡Qué seriedad tan
graciosa
al enhebrar la aguja!
Alguien exclama
exaltado:
¡Avisen al Jefe,
que venga y lo vea él
mismo!
Y lo que siguió después
de la lectura:
Quizá
todo esto
esté sucediendo...
en una gran cabeza, con
muchos piojos.
Nosotros somos los
piojos.
Alguien está despiojando
la gran cabeza de la Señora Mundo.
Justo ahora pasa ese
pinchoso peine al lado de mi mano.
Ayyyyy....nooooooo....me
caigoooo....
Emilia
Chiaradia
(9
años)
Quizá...
un chico nos esté manejando
y nosotros seamos muñecos chiquititos.
¿O no será quizá, un
mundo debajo de la cama que alguien está haciendo en este momento? Uh! todo se
vuelve oscuro. ¿Por qué se vuelve oscuro?
O quizá estemos todos
dentro de un tubo de ensayo en una gran biblioteca.
O quizá estemos en una
gran maqueta.
O quizá seamos muñecos
chiquititos que viven en los bolsillos de gigantes, pelusas de los bolsillos de
los gigantes.
Nacho
Bullón ( 9 años)
Quizá...
estemos en una casa y
seamos muñecos en fuga por temor a ser eliminados.
(Yo me salvé escondiéndome
debajo de la cama y he intentado salvar a mis amigos)
O quizá un niño de diez
años nos compró y nos salvó de ser eliminados y ahora el niño es feliz jugando
con nosotros.
Rogelio
Locatti (11 años)
Quizá
todo esto
esté
sucediendo en un laboratorio
lleno de lupas y lentes
que nos observan y
dudan de nuestro
comportamiento.
Quizá que los
sorprendemos
de vez en cuando
y logramos un grito
de alegría.
O quiza
cuando fallamos
los hacemos gritar
de furia y nos
asustan con sus
rugidos de ogro
y se enojan y golpean
las cosas.
Entonces las luces
parpadean y
rompen en llanto.
Claro, después dicen que
nosotros somos
los raros.
Quizá que sólo
se fijan en el detalle
más pequeño:
en que un hombre
tiene los cordones
desatados
pero no en que ese
hombre
está en guerra.
O quizá nos baten
en recipientes para
experimentar con
nosotros.
Nos sacan
y con sus guantes verdes
nos empujan de un lado a
otro y nos suben y bajan
y así quedamos mareados
y llenos de curiosidad.
O quizá
ya no somos curiosidad
para ellos
porque ya saben nuestras
rutinas:
soñamos y tememos,
amamos y lloramos
y a diario peleamos
y no avanzamos.
Dana Ziegemann
(11 años)
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